miércoles, 10 de junio de 2015

Ávila. Fin de curso


Habíamos quedado en el cruce de la Carretera de Canillas con la calle Andorra, la calle del CEPA. Y allí estábamos todos puntuales, buscando un sitio cómodo en el autobús de dos pisos que nos iba a llevar a Ávila.

En Ávila nos bajamos en el Centro de Recepción donde nos esperaban dos guías. Así que nos separamos en dos grupos.


Ávila es la capital de provincia más elevada de España, está a 1131 metros sobre el nivel del mar. La muralla es medieval, se construyó entre el 1090 y el 1099 pero muchos discuten que pudiera hacerse en tan corto espacio de tiempo. Es la única muralla medieval española que se conserva íntegra. Hay treinta palacios, y el primero que visitamos fue el de los Verdugo. Tenía un patio interior con columnas, y una puerta desalineada. Era una costumbre musulmana para evitar que desde fuera se viera lo que hacían dentro.


En la puerta del palacio de los Verdugo hay un Verraco. En esa zona se llama Verracos a los toros de piedra. Tienen una antigüedad de más de dos mil quinientos años. En esa época, la comarca estaba habitada por un pueblo celta al que los griegos y romanos denominaron Vetones. Hay un famoso toro de piedra en la salida de Salamanca, donde el ciego gasta a Lázaro aquella broma pesada. ("Necio, aprende, que el mozo de ciego un punto ha de saber más que el diablo", le dijo el ciego después de estamparle la cabeza contra la piedra.)

Verraco de piedra del palacio de los Verdugo


La Plaza Mayor de Ávila también se llama Mercado Chico. Es de las primeras que se construyeron en España, alineando todas las fachadas para formar un cuadrado. En Madrid tenemos la famosa Plaza Mayor. Pero ninguna iguala la de Salamanca. Uno de los laterales de la plaza no tiene edificios. Se dejó así para que dejara ver una iglesia que hay detrás.

Plaza Mayor

Caminando un par de Calles se llega a la plaza Corral de las Campanas donde pueden verse varios palacios juntos, el de los Almazara, Caproti, los Guzmanes. También está el edificio de Hacienda. Hay quien ha encontrado un parecido entre la estatua de San Juan de la Cruz, en el centro de la plaza con la imagen de Cristo en la Cruz, porque está rodeada de ladrones. A un lado Hacienda, y al otro, la Diputación.

La Diputación. Palacio de los Guzmanes.

San Juan de la Cruz

El convento de Santa Teresa se edificó sobre la que había sido su casa. La fachada es barroca y tiene escudos de familias, entre ellos el de El Conde Duque de Olivares, que sufragó gran parte de la construcción.






Cerca del convento hay un centro Teresiano donde se pueden ver algunas de las reliquias que aún se conservan, entre ellas un dedo de la santa.



Detalle de las fachadas

Ávila está cerca de las montañas, por eso se dedica más a pastos que a agricultura. Tienen una raza propia de ganado vacuno, que da nombre a la raza avileña, de color negro, y al chuletón de Ávila. Se cree que es la raza vacuna más antigua de Europa. Con su grasa se cocina otro plato típico de allí, las patatas revolconas. De una comarca cercana, el Barco, son famosas las judías. Se dice que son milagrosas, porque se envasan más de las que se producen.

Estatua de Adolfo Suárez


El Palacio de los Dávila está construido junto a la muralla. Cada noble debía proteger con su palacio el tramo de muralla que tenía cerca. Los Dávila no dudaron en abrir una puerta a la muralla para poder salir y entrar con más facilidad de sus propiedades. Juana, conocida como Juana la Loca, les obligó a tapiar la puerta, tal como está en la actualidad. y ellos construyeron otra entrada en la fachada. Debajo de la entrada está rotulada la famosa frase española: donde una puerta se cierra, otra se abre. (La frase aparece en el Tratado Segundo del Lazarillo y en el Quijote: 1ª parte, capítulo XXI.)


La muralla con la puerta de los Dávila tapiada

DONDE VNA PUERTA SE CIERRA OTRA SE ABRE

La Catedral del Salvador fue la primera en estilo gótico de España. Se empezó a construir a la vez que Nôtre Dame. Una de las torres no se terminó por falta de fondos y tienen muchas otras imperfecciones que unidas a su sencillez le añaden un gran encanto.



La muralla estuvo sembrada de casas que se apoyaban en sus gruesos muros hasta que, el siglo pasado, una ordenanza municipal ordenó derribarlas y dejar la muralla a la vista de los visitantes. Dos de ellas se salvaron por su interés histórico.


El café
Las fotos:

Algunos comieron en la ermita de Sonsoles






Un selfie del torpe redactor de esta crónica.